Familiares y allegados de migrantes venezolanos se concentraron en Caracas para pedir justicia y el regreso de sus parientes, a quienes consideran «secuestrados», luego de que Estados Unidos enviara a más de 200 deportados a una cárcel en El Salvador, acusados de ser presuntos miembros del Tren de Aragua.
Con pancartas y al grito de «libertad» y «migrar no es un delito», los familiares y allegados de los migrantes se dieron cita en la plaza Bolívar para pedir noticias sobre ellos.
«Mi hijo iba rumbo a su trabajo cuando lo detuvieron diciéndole que era por la placa del carro. Él le dijo que no, que su placa del carro estaba vigente. Le preguntaron que si tenía tatuajes, él dijo que sí. Lo agarraron, lo esposaron y se lo llevaron», afirmó a EFE Lorena Borrego, madre de Tito Martínez.
La mujer teme que su hijo esté en el país centroamericano luego de que fue detenido en Texas, donde vivía junto a su esposa y su pequeña niña, que ahora viajaron hasta México a la espera de su repatriación.
Por su parte, Nelson Mendoza, padre de Jean Claude Mendoza, aseguró que su hijo entró al país a través de la aplicación CBP One, que era usada por los migrantes para gestionar una cita para solicitar asilo político a su llegada a los puestos en la frontera con México.
Mendoza relató que Jean Claude permanecía detenido en un centro de EE.UU. a la espera de su proceso de asilo, pero, sorpresivamente, se enteró, tras una lista publicada por un medio estadounidense, que el nombre de su hijo aparece entre los 238 venezolanos presuntamente deportados al país centroamericano.
Por tanto, pidió al presidente Nayib Bukele que revise los antecedentes penales de los venezolanos detenidos porque, agregó, «ellos no son ningunos delincuentes».
Los parientes de los detenidos pidieron a Bukele y a Trump que respeten el «debido proceso», al considerar que se lo «saltaron» y «metieron a todos» los venezolanos «en un mismo saco».