Cali amaneció este miércoles con ley seca, refuerzo policial y comercio cerrado tras los atentados terroristas del martes que dejaron dos muertos y 42 heridos por la explosión de tres motocicletas bomba.
La violencia sacudió también a otros municipios del suroeste de Colombia, donde se registraron en total 24 ataques atribuidos a disidencias de las FARC lideradas por alias ‘Iván Mordisco’.
Las explosiones, que dejaron ocho muertos en total, llevaron al alcalde Alejandro Eder a convocar un consejo extraordinario de seguridad junto a la Gobernación del Valle del Cauca y solicitar mayor contundencia al gobierno de Gustavo Petro, quien hoy estará en Cali para participar en una manifestación sindical.
Mientras tanto, llegaron 100 nuevos policías a la ciudad, se declaró la alerta naranja en la red hospitalaria y se ofreció una recompensa de hasta 600 millones de pesos por información sobre los responsables.
«Los delincuentes que mataron caleños y dejaron más de 40 heridos están sentados muertos de la risa en las montañas de Jamundí», denunció el alcalde.